¡Oh! Madres, no conozco el dolor de no tenerlas, la muerte nunca vino por ninguno de los mios, cuando llegó una vez le temí y me oculté. Ahora los años son mas cortos que los años de infancia. Ahora, si llega a ustedes, madres mias sonrianme en los sueños, cuando conozcan los secretos reales del alma y de la pena, porque en la vida de los sentidos no podré ser estoico sin vuestro aliento ¡Oh! Madres.
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