jueves, octubre 16

Longaví


Lejana niebla
humedeciendo cánticos ebrios
ocultando crueles signos de bronce
como si el temor fuera hierba hostil

[el cólera es de noches eternas]

Todos los artefactos decayeron en el oxido rústico
de una generación extraviada.
Una iglesia duerme siesta en el regazo de una plaza adicta al olvido
y al despojo.
Entre sonidos del tue-tue el alba despierta
canales y culebras.