Pasó un tren por esta vida;
chincoles,
copihues
y penas.
Padeciendo los síntomas de Estambul
y
cargando las flores de su tumba.
Ciudades pequeñas como los cuentos de Bolaño,
personas y sombras como las historias de Kerouac.
Pero nada es igual a la Mocedad
Ni spinetta
ni casa.